Filosofia Animal 03

Perros con bebes y niños

Te guiamos con recursos y consejos para que puedas disfrutar de una convivencia armoniosa entre perros con bebes y niños.

Adaptación de perros con bebes y niños

Los perros con bebes y niños suelen generar entre ellos un vínculo maravilloso, siempre y cuando se inicie esta relación con responsabilidad. Que un niño tenga la posibilidad de crecer junto a un perro o un gato es una gran idea ya que puede aprender sobre la responsabilidad que implica el cuidado de otra vida, así como también adquirir valores como la lealtad, el preocuparse por el otro, la importancia de la educación respetuosa y la paciencia. Sin embargo, las interacciones y los vínculos que se establezcan entre niños y animales siempre deben ser regulados y supervisados por adultos

Si tenemos un perro en casa y pronto se sumará un pequeño a la familia, o si por el contrario ya tenemos un niño y queremos adoptar un perro, es importante tener en cuenta una serie de pautas con respecto a la adaptación y posterior convivencia entre ambos.

También queremos contarte que en Filosofía Animal ya hemos lanzado para este 2024 el nuevo curso de adiestramiento canino para aquellas personas que desean educar y entrenar a su perro de la manera correcta.

A continuación, les daremos una serie de recomendaciones a tener en cuenta para lograr una adaptación y convivencia armoniosa entre perros y niños.

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¿Qué hacer si Tengo un perro y va a nacer mi hijo?

Si tengo un perro y estoy por tener un hijo, hay una serie de consideraciones que debo tener en cuenta para garantizar la seguridad y el bienestar de ambos.

Antes de que el bebé llegue a casa debemos llevar a nuestro perro al veterinario para hacer un chequeo general de su estado de salud, así como también asegurarnos de que esté correctamente vacunado y desparasitado.

Antes de la llegada del bebé a casa

También tendremos que pensar y hacer una lista de todas aquellas modificaciones en la rutina y la dinámica familiar que creemos van a ser inevitables con la llegada del bebé. El objetivo es que vayamos acostumbrando al perro de forma progresiva a ellas antes de que el bebé llegue a la casa, para evitar que el animal se estrese y haga asociaciones negativas con la llegada del nuevo integrante. Por ejemplo, si se van a acortar los tiempos de los paseos, si el perro dejará de dormir en la cama, si no podremos darle tanta atención, etc.

Cuando el bebé ha nacido y se encuentra en el hospital junto a la madre, podemos tomar algo de ropa que el niño haya usado y llevársela a nuestro perro. El objetivo es que el animal pueda ir conociendo el olor del nuevo miembro de la familia y que lo asocie con cosas positivas. Para esto podemos ir felicitándolo con un tono de voz amigable, dándole caricias y trocitos de comida rica mientras olfatea la prenda que trajimos del bebé.

Presentación y convivencia entre el perro y el niño

Para la primera presentación, recomendamos que el perro realice un paseo antes de conocer al bebé para que esté más relajado, y que una vez que llegamos a casa lo dejemos con la correa puesta para tener control sobre el. Una vez en casa, alguien sujetará al perro mientras la madre tiene al niño en brazos. Tendremos que ser muy cautelosos y observadores de la reacción del animal. ¿Está nervioso? ¿Está relajado? ¿Da señales de estrés? ¿ Da señales de amenaza?. Si notamos que el perro está relajado ante la presencia del bebé, podemos permitir con lo olfatee durante unos pocos segundos, mientras lo felicitamos y le damos algunos trocitos de comida rica. Si por el contrario el animal muestra señales de que no quiere acercarse, debemos permitirle irse y esperar a que tome confianza para querer interactuar. Bajo ningún punto de vista tenemos que forzar al perro a tener contacto con el bebé. Si el animal muestra señales de amenaza como gruñidos, mostrar los dientes o ladridos amenazantes, tendremos que contactar a un profesional del comportamiento canino de forma inmediata.

Es importante intentar mantener la rutina del animal previa a la llegada del bebé para evitar que aparezcan problemas de comportamiento. Si bien la incorporación de un bebé a la dinámica familiar suele consumir mucho del tiempo de sus padres, es importante poder organizarse para seguir satisfaciendo las necesidades del perro.

ASOCIACIONES AGRADABLES entre el perro y el niño

El perro debe ir asociando al bebé con momentos agradables. Una vez que notemos que el perro se siente cómodo con la presencia del nuevo integrante en la misma habitación, podemos aprovechar para jugar con el animal, darle premios o mimos estando el bebé presente. De esta manera el perro irá comprendiendo que siempre que el bebé está en la habitación, ocurren cosas buenas.

Debemos ser cuidadosos cuando el bebé comience a gatear o caminar ya que comenzarán a intentar tomar mayor contacto con el perro. Los encuentros y las manipulaciones siempre deben realizarse bajo supervisión y a medida que el niño vaya tomando conciencia de sus acciones tendremos que ir enseñándole la forma correcta de interactuar con el animal.

Tengo un bebe o niño pequeño y quiero adoptar un perro

Adoptar un perro si ya tengo un niño una decisión que debe tomarse con responsabilidad y consciencia. Los animales tienen necesidades que deben ser satisfechas y como tutores responsables tenemos la obligación de hacernos cargo de ello. Antes de adoptar, tenemos que asegurarnos que está dentro de nuestras posibilidades el poder darle al animal todo lo que necesita para gozar del bienestar que merece.

Si tengo un niño ¿ es mejor adoptar un adulto o un cachorro?

Otra cuestión a tener en cuenta es la relación entre la edad del animal a adoptar y la seguridad de nuestros niños. En este punto, tenemos tres posibilidades:

Si lo adoptamos de cachorro, dentro de su periodo sensible de socialización (perros antes de los 4 meses y gatos antes de los 2 meses y medio) es menos probable que cuando crezca tengamos algún problema relacionado con la agresividad. Es muy importante invitar amiguitos de nuestros niños a casa durante este periodo para que el animal se familiarice con todo tipo de niños (los hay más gritones, más enérgicos, más miedosos, más confianzudos). Sin embargo, adoptar a un cachorro implica casi la misma demanda que cuidar de un bebé humano. Tener un cachorro y un niño pequeño en casa puede ser una combinación agotadora.

Si decidimos adoptar un animal adulto del cual conocemos su procedencia, deberemos cerciorarnos (preguntando a sus antiguos propietarios o rescatistas) de que esté totalmente habituado al contacto con niños de la misma edad de la familia.

ADOPTAR UN PERRO ADULTO CON BEBES Y NiÑOS

En caso de adoptar un animal adulto de la cual desconocemos su historia (por provenir de la calle o de una protectora) tendremos que ser muy cuidadosos. Tendremos que estar muy atentos a las primeras reacciones cuando se encuentre con los niños y observar: ¿Disfruta la mascota la cercanía con los niños? ¿Quiere jugar? ¿Los evita? ¿Se pone tenso? ¿Gruñe? Exponer al animal a una situación que le genera estrés puede traer consecuencias graves tanto para él como el niño. Para evitar incidentes es recomendable descartar esta última opción para garantirzar la seguridad tanto del perro como del niño.

En cualquiera de los casos, sugerimos que los adultos estén siempre presentes cuando niños y animales comparten tiempo juntos. Esto nos permitirá evaluar tanto si hay alguna reacción extraña del animal como también educar a nuestros niños en relación al trato y respeto para con el animal. Tenemos que encargarnos de que el animal asocie todas las interacciones con los niños con momentos agradables y positivos. Podemos armar situaciones lúdicas entre el niño y el animal, enseñarle al niño a hacerle mimos al perro o al gato (siempre que el animal disfrute de ello), y hasta darle trocitos de comida rica al animal siempre que esté en presencia del niño. De esta forma irá comprendiendo que siempre que el humano más pequeño de la casa está presente, ocurren cosas buenas.

Si en algún momento tenemos un mínimo de duda acerca de alguna reacción o comportamiento del animal en su interacción con los niños (gruñidos, mostrar los dientes, tarascones, nerviosismo), deberemos consultar con un profesional del comportamiento animal.

Es fundamental que, a medida que el niño crezca, vaya compartiendo con el perro actividades gratificantes para ambos. Esto hará que de a poco se vaya construyendo y afianzando el vínculo entre ambos.

Actividades que los niños pueden realizar con sus perros

Es fundamental que, a medida que el niño crezca, vaya compartiendo con el perro actividades gratificantes para ambos. Esto hará que de a poco se vaya construyendo y afianzando el vínculo entre ambos.
A continuación, vamos a recomendar algunas actividades que niños y perros pueden realizar juntos.

Hacer parte al niño de los procesos educativos del perro

Siempre que tengamos niños dentro de casa tenemos que hacerlos parte de la educación de los perros. Además de ser una gran actividad para que ambos compartan juntos, es fundamental que tanto el perro como el niño tengan en cuenta cuáles serán las nuevas reglas en casa.

Enseñarle al niño a pasear el perro

Los perros necesitan realizar actividad de forma diaria y los niños también, en mayor o menor medida. Pasear, en el parque o en la calle es una gran actividad para hacer juntos.

No es recomendable que niños muy pequeños sujeten la correa ya que puede resultar peligroso tanto para él como para el perro. El niño puede despistarse y soltar la correa, así como el perro puede tirar de ella desprevenidamente y lastimar al niño. Sin embargo, es una buena opción que los perros sean paseados por los adultos mientras que los niños acompañan.

Podemos aprovechar estas salidas para enseñarle al niño qué cosas se deben y qué cosas no se deben hacer en un paseo.

Permitir al niño jugar con el perro

Jugar a tirar la pelota al perro puede ser una gran actividad para que ambos gasten energía. Sin embargo, antes de dejar que el niño le tire la pelota al perro tendremos que enseñarle algunas reglas. Por ejemplo, le diremos al niño que antes de tirar la pelota le pida al perro que se siente, y que una vez que el perro traiga la pelota debe decirle “solta” y esperar a que éste la deje en el piso. 

Si nuestro niño ya es mayor, también podemos enseñarle a jugar a tironear de una soga con el perro. Este tipo de actividades son fundamentales sobretodo si tenemos un cachorro con tendencia a morder al niño.

Debemos enseñarle al más pequeño de la casa que no se juega con las manos con el perro, ni tampoco jugaremos a correr con el.

Es muy importante recordar que si bien el perro es un miembro más de la familia no deja de ser un animal, con instintos y un lenguaje comunicacional diferente al nuestro.

Precauciones con nuestro perro con bebes y niños

Es muy importante recordar que si bien el perro es un miembro más de la familia no deja de ser un animal, con instintos y un lenguaje comunicacional diferente al nuestro. Es nuestra responsabilidad como tutores del animal conocer sobre esto así como también enseñarselo a los más pequeños de la casa. También será fundamental supervisar y regular todas las interacciones entre ambos.

Teniendo en cuenta lo antes mencionado, recomendamos enseñarle al niño a:

Para lograr una convivencia armoniosa dentro de casa entre perros y niños es fundamental que como adultos actuemos siempre con cautela y responsabilidad.