Mordeduras en perros

Te ayudamos a comprender las causas de las mordeduras en perros y te orientamos con múltiples consejos.

Mi perro me muerde jugando

Las mordidas en perros

Las mordeduras en perros son una problemática sumamente frecuente. Si bien es una conducta que suele ser muy habitual en cachorros, podemos encontrar perros de todas las edades que continuamente se comunican a través de la mordida. Si bien es una conducta que podríamos llegar a considerar peligrosa, primero hay que determinar exactamente a qué las personas llaman morder.

Los perros se comunican a través del lenguaje corporal y en múltiples ocasiones lo hacen utilizando su boca, debido a que no tienen manos. Pero una mordida puede significar diferentes cosas dependiendo en qué contexto se analice. Por ejemplo, no es lo mismo un cachorro de tres meses explorando su entorno con la boca, buscando jugar a través de la mordida, que un perro adulto que muerde y lastima a sus tutores para proteger un plato de comida. En el primer caso estamos hablando de un cachorro que aún no sabe regular su mordida, y en el segundo caso es un problema de agresividad.
Es importante determinar qué es lo que está ocurriendo en cada caso particular para encontrar una solución adecuada a las mordidas de un perro. En este artículo de Filosofía Animal te contaremos más sobre por qué los perros muerden y qué hacer para solucionarlo.

Es importante determinar qué es lo que está ocurriendo en cada caso particular para encontrar una solución adecuada a las mordidas de un perro.

¿Por qué muerde un perro?

Las causas por las que un perro muerde pueden ser diversas, yendo desde el juego hasta la agresividad. Cada mordida debe ser interpretada en contexto y además teniendo en cuenta el lenguaje corporal general del perro. Entre los motivos por los cuales un perro puede morder, encontramos los siguientes:

Cachorros que muerden porque no saben regular la mordida

Cuando nuestros perros son cachorros están ansiosos por explorar su entorno. Al no tener manos, ellos conocen el mundo a través de su boca y su nariz. Por esto, es frecuente que un cachorrito intente morder todo lo que se encuentre a su paso o hasta incluso a nosotros.
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que al igual que los humanos los cachorros tienen dientes de leche. Estos dientes, diminutos y filosos son como pequeñas agujitas que se clavan en nuestra piel cada vez que nos muerden.
El proceso de cambio de dientes es lento y doloroso para algunos cachorros, y si bien las molestias varían de individuo a individuo se cree que este proceso aumenta en ellos la necesidad natural de morder.

Si bien como mencionamos la conducta de morder es esperable y natural en cachorros, debemos iniciar ni bien el perro llega a casa un protocolo de regulación de la mordida. Para esto, vamos a establecer una serie de reglas:

Nunca usar nuestras manos para jugar con el cachorro

Es muy tentador para el cachorro morder nuestras manos si se las ponemos directamente en la boca. Lo ideal es jugar siempre con un juguete de por medio.

No permitir accidentes en el juego con el cachorro

Si en algún momento del juego el perro nos muerde con o sin intención, vamos a dejar de jugar. Para que quede claro que el juego se terminó debemos demostrarlo con nuestro lenguaje corporal (nos cruzamos de brazos, miramos hacia otro lado, o nos vamos del lugar). El lenguaje corporal puede ser acompañado con un“¡ay!” con tono de voz muy finito. Esto suele ser muy útil para demostrarle al cachorro que nos lastimó.

Enseñarle al perro a soltar

Enseñarle a un cachorro a soltar es fundamental. No solo porque nos ayudará a regular su mordida sino que también es un muy buen primer ejercicio de control de impulsos para enseñarle a nuestro perro.

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Perros que muerden jugando

Si tu perro ya adulto muerde en situaciones lúdicas es probable que sea porque nunca se realizó un correcto protocolo de regulación de la mordida cuando era cachorro y porque nosotros le “seguimos el juego” todo este tiempo.
Para saber si un perro muerde jugando tendremos que prestar atención a su lenguaje corporal. Un perro que nos invita al juego tendrá una postura corporal general relajada, moverá su cola junto con el cuarto trasero, su cara y sus ojos no estarán tensos y podemos notar hasta que realiza “reverencias” (un comportamiento típico entre perros para invitarse al juego).
Si queremos que nuestro perro deje de morder tenemos que dejar de reforzar esa conducta constantemente. Las reglas a seguir serán muy parecidas a las que aplicamos con un cachorro que está aprendiendo a regular la mordida, solo que con un adulto tenemos que ser aún más estrictos porque en medio de un juego bruto uno solo de sus dientes puede llegar a lastimarnos seriamente.

Mordeduras en perros porque están aburridos

Los perros que muerden porque están aburridos pueden dirigir la mordida tanto hacia sus tutores como también hacia objetos de la casa como muebles, paredes, almohadones, zapatillas, cables, y más. El aburrimiento suele darse como consecuencia de rutinas empobrecidas.
El perro tiene mucha energía que necesita descargar y buscará alternativas para satisfacer esta necesidad. En sus intentos por canalizar su energía podrá buscar juego y diversión en nosotros, o buscará descargarla a través de la mordida de diferentes objetos en casa.

Perros que muerden en situaciones de agresividad

Ahora bien, si notamos que nuestro perro intenta morder de forma agresiva tenemos que ser aún más cautelosos para trabajar esta problemática. Un perro puede morder en este contexto por varios motivos:

Un perro que va a morder en un contexto de agresividad suelen dar señales previas antes de atacar. Tenemos que estar atentos a señales de estrés como por ejemplo:

Si la situación que le está provocando estrés al animal no desaparece, es probable que éste comience a mostrar señales de advertencia o amenaza. Entre ellas podemos encontrar:

No retar amenazas que puede desencadenar en que el perro muerda

Es fundamental nunca retar a un animal que está dando señales de amenaza. Si la amenaza no cesa, el animal no tendrá otra opción más que atacar.
Es fundamental nunca retar a un animal que está dando señales de amenaza, mucho menos castigarlo de forma física. Lo que podría ocurrir en este caso es que el animal aprenderá a inhibir estas señales y a actuar agresivamente sin avisar antes.

Si sabemos que nuestro perro da señales de estrés o amenaza y no logramos identificar cual es la situación que activa este comportamiento, será momento de contactar a un educador canino que nos asesore para desarrollar el programa de modificación de la conducta correspondiente. Nunca es una buena idea tratar a un perro que manifiesta comportamientos agresivos sin la ayuda de un profesional.

Es fundamental nunca retar a un animal que está dando señales de amenaza , mucho menos castigarlo de forma física.

Evitar mordidas en un perro cachorro

Un cachorro aburrido tiene más tendencia a morder. Si nuestro perro no gasta la suficiente energía y no tiene una rutina que incluya varios momentos de actividades al día, va a buscar opciones para entretenerse. En esta etapa de su vida el cachorro no sale a pasear mucho, pero podemos realizar actividades con él como juegos dentro de casa y práctica de habilidades caninas.
Nuestro objetivo en un principio será que nuestro nuevo compañero canino deje de morder todo, no que no deje de morder. Morder es una necesidad básica para el cachorro, lo que debemos hacer es enseñarle qué es lo que puede y no puede morder. Podemos darle juguetes o snacks deshidratados masticables. Todo lo que le demos a nuestro perro en un principio debe ser bajo supervisión, para de esta manera asegurarnos de que el animal mastica correctamente y no va a tragarse pedazos grandes de snacks o huesos.

Enseñarle al cachorro para evitar mordeduras

Es fundamental que seamos coherentes con lo que intentamos enseñarle al cachorro. Cuando empezamos a trabajar en regular la mordida tenemos que terminar con el “juego de manos” con nuestro perro. A partir de ahora, usaremos siempre un juguete de por medio para interactuar con él.
Lo ideal es poder usar un juguete tipo mordedor para que el cachorro descargue su necesidad de morder allí, siempre evitando que sus dientes toquen nuestras manos. Si el cachorro accidental o intencionalmente nos muerde o incluso si uno de sus dientes rozan nuestras manos, terminaremos el juego.
Para que nuestro perro entienda que es lo que ocurrió gritaremos “ouch” con un tono de voz agudo, intentando similar el quejido de un perro. Además del grito, debemos mostrar con nuestro lenguaje corporal que su mordida nos lastimó. Los perros no entienden el idioma humano, pero si saben leer lenguaje corporal. En muchos casos ayuda darle la espalda al cachorro y hasta incluso retirarse de la habitación. Con las repeticiones, nuestro perro va a ir entendiendo que de esta manera no vamos a interactuar con él.
Si el perro muerde nuestros pies, talones o ropa lo recomendable es ignorarlo hasta que comprenda que no es la forma de pedirnos atención. Si tocamos al cachorro o incluso lo retamos le estamos enseñando que manifestando esa conducta va a obtenerla. Sin embargo, si lo ignoramos, con el tiempo la conducta terminará por extinguirse ya que nunca recibirá algo a cambio.

Lo ideal es poder usar un juguete tipo mordedor para que el cachorro descargue su necesidad de morder allí, siempre evitando que sus dientes toquen nuestras manos.

Evitar mordeduras del perro aburrimiento

Si notamos que nuestro perro está mordiendo por aburrimiento, tendremos que empezar por enriquecer su rutina. Una buena rutina debe estar compuesta por paseos, actividades de estimulación cognitiva, actividades de masticación y juego con nosotros. Cada rutina deberá adaptarse a las particularidades de cada perros. Para saber cual es la rutina ideal para mi perro debo tener en cuenta: edad, raza o cruza, nivel de energía y personalidad. No es lo mismo lo que necesitará un perro jóven muy activo que un anciano más bien tranquilo.
Por otro lado, debo evitar por completo reforzar la conducta de morder en mi perro. Si cada vez que mi perro está aburrido y me muerde le doy atención de cualquier tipo, está demostrándole al perro que esa conducta le trae beneficios. Por este motivo, cada vez que el perro venga a demandar atención a través de la mordida voy a ignorarlo completamente. Para realizar esto, tengo que haber adaptado previamente su rutina. Sino, la necesidad de morder no desaparecerá.

Evitar que mi perro muerda por agresividad

Si tengo un perro que muerde de forma agresiva también será importante detectar la causa. No es lo mismo un perro que muerde ante las manipulaciones, que un perro que muerde para proteger recursos, que uno que agrede solo a otros perros. En los casos en que las mordidas de un perro tienen un origen agresivo es fundamental contactar a un profesional.