Si una de tus perras ataca a la otra, puede deberse a múltiples factores como una mala socialización, traumas pasados o conflictos por recursos. Es fundamental identificar la causa y trabajar con un profesional en comportamiento canino para evitar que la situación escale a una tragedia.
Convivir con más de un perro: alegría y desafíos
Tener una o más perras en casa es una experiencia hermosa, pero a veces pueden surgir conflictos serios entre ellas. Si notás señales de incomodidad, estrés o agresividad, es importante no minimizarlas. Estas conductas pueden ser advertencias de un vínculo deteriorado y deben ser abordadas con seriedad.
Principales motivos por los que una perra puede atacar a otra
1. Mala socialización desde cachorra
Una socialización deficiente durante el período sensible (cuando el perro es cachorro) puede generar dificultades para interactuar con otros perros. Si la perra que ataca no tuvo contacto positivo con perros de distintas edades y tamaños, es probable que reaccione con miedo o agresividad.
¿Qué es una buena socialización?
- Contacto gradual con otros perros.
- Experiencias positivas controladas.
- Variación de estímulos en ambientes seguros.
2. Experiencias traumáticas con otros perros
Si una perra sufrió un trauma previo relacionado con otra perra, puede haber generado una asociación negativa que se traduce en agresividad. Esta situación requiere intervención profesional urgente para proteger tanto a la perra atacante como a la atacada.
3. Diferencia de edad y niveles de energía
Cuando una perra anciana convive con una cachorra muy energética, puede sentirse sobrepasada. Esta diferencia puede ser fuente de estrés y desencadenar conflictos si no se gestiona adecuadamente.
4. Mala presentación entre ambas perras
La forma en que se conocen por primera vez dos perras es crucial. Si se las presenta de manera forzada o en territorio no neutral, pueden generar una mala impresión mutua que derive en agresividad.
Consejos para una buena presentación:
- Lugar neutral (parque o plaza).
- Correa larga y pretal para seguridad.
- No forzar el contacto.
5. Problemas de protección de recursos
Algunas perras pueden volverse agresivas al proteger lo que consideran valioso: comida, juguetes, zonas de descanso o incluso a sus humanos. Si el ataque ocurre cerca de alguno de estos recursos, esta puede ser la causa.
¿Cómo evitar que una perra ataque a otra?
El trabajo con perras que tienen conflictos debe hacerse con paciencia y compromiso, idealmente bajo la guía de un profesional en comportamiento canino.
Recomendaciones básicas:
- Construir una rutina predecible y libre de estrés.
- Asociar la presencia de la otra perra con estímulos positivos.
- Identificar y evitar desencadenantes del conflicto.
- Nunca castigar a ninguna perra por la agresión.
- Separarlas físicamente si es necesario hasta lograr avances.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Siempre que haya agresividad entre perras es necesario consultar con un profesional. No actuar a tiempo puede tener consecuencias graves. Un etólogo o adiestrador con experiencia sabrá cómo adaptar el trabajo a cada caso específico.
Preguntas frecuentes
¿Qué hago si una de mis perras ataca a la otra de repente?
Separalas de inmediato, sin violencia, y contactá a un profesional. Observá si hubo un desencadenante claro.
¿Puede una perra cambiar con entrenamiento?
Sí. Con acompañamiento profesional y un entorno adecuado, muchas perras logran modificar su comportamiento.
¿Es normal que dos perras no se lleven bien al principio?
Sí, es común que necesiten un proceso de adaptación. Pero si hay agresiones, es importante intervenir.
¿Qué pasa si no hago nada y dejo que se “acomoden solas”?
Esto puede empeorar el problema. Las perras podrían sufrir lesiones o desarrollar miedo crónico.