¿Por qué nos gustan tanto los cachorros? Esta pregunta solemos hacerla muy frecuentemente. Cada vez que veo un cachorrito siento el impulso de agarrarlo y abrazarlo. Poco me importa si es de perro, de gato o de pato, yo siento tengo que protegerlo. Claramente, este mecanismo no es consciente. Seguramente el lector lo ha experimentado. Ahora bien, ¿por qué nos pasa esto?
por qué nos gustan tanto los cachorros
Los humanos tenemos una atracción innata por todo lo que tiene apariencia de cría. La misma se basa principalmente en el llamado esquema infantil. Es decir, un conjunto de características faciales (i.e., ojos y frente grandes, cara redondeada, nariz y boca pequeñas) que nos evocan respuestas afectivas y de cuidado hacia los niños pequeños. Esto surge evolutivamente para incrementando la probabilidad de supervivencia de la descendencia. O sea, para aplicarse a nuestras crías humanas. Ahora bien, la atracción hacia el aspecto de bebé es tan fuerte que también es activada por los jóvenes de otras especies, liberando nuestro instinto por brindar cuidados parentales. Por ejemplo, un estudio mostró que los rostros de niños humanos resultaban igual de atractivos que los de los cachorros de perros y gatos [1].
Esta liberación del instinto parental se conoce técnicamente como respuesta a lo adorable, y no depende de la etapa vital de las personas.
De hecho, se encontró que surge muy temprano en el desarrollo infantil. Un estudio realizado con niños entre 3 y 6 años mostró que estos asignaban mayores puntajes de atractivo (medida explícita) y miraban por más tiempo (medida implícita) imágenes de cachorros humanos, de perros y de gatos en comparación con imágenes de adultos [2]. Es decir, que se mostró que tanto consciente como inconscientemente los niños sienten más atracción hacia las características de las crías. Si bien es de menor intensidad, la respuesta a lo adorable también se aplica particularmente a los animales domésticos adultos. Es cierto que aún en estado natural algunos animales como los lobos exhiben características que los hacen atractivos para los humanos. Sin embargo, es indudable que, al buscar mayor docilidad en los animales, durante la cría selectiva se ha dado lugar a la retención de rasgos juveniles en la adultez. Esto se conoce como neotenia, y ha sido incrementada por la selección artificial de los animales de compañía. De modo que, en comparación con sus ancestros, los perros domésticos son más pequeños, tienen hocicos más cortos, cráneos más chicos, y muestran conductas más típicas de lobos jóvenes (ladridos, quejidos y búsqueda de atención). De modo que, nuestros animales adultos también nos resultan particularmente adorables.
por qué nos gustan los cachorros: biología
Resumiendo, la presencia de características infantiles, tanto físicas (esquema infantil) como conductuales, en los animales de compañía (neotenia), fueron incrementadas durante la domesticación. Estas resultan un estímulo altamente biológico, rápido e inconsciente, que atrae la atención, elicitando conductas y emociones positivas, incluyendo la voluntad para brindar cuidados (respuesta a lo adorable). Esta atracción se activa en ambos sexos desde edades muy tempranas. De modo que la próxima vez que tengas que contener el impulso por alzar un cachorro ajeno para protegerlo del mundo, recordá que se trata de una respuesta instintiva que nos ha servido para preservar nuestra especie y fomentar los vínculos con los demás animales.
Referencias [1] Archer, J., & Monton, S. (2011). Preferences for infant facial features in pet dogs and cats. Ethology, 117(3), 217-226. [2] Borgi, M., Cogliati-Dezza, I., Brelsford, V., Meints, K., & Cirulli, F. (2014). Baby schema in human and animal faces induces cuteness perception and gaze allocation in children. Frontiers in psychology, 5, 411.