En el artículo «el vínculo humano-perro y sus beneficios» te contamos más sobre las ventajas de tener un perro como amigo. Las relaciones entre personas y animales forman parte de un área respetable de investigación llamada antrozoología (antro: humano / zoo: animal / logia: estudio). Sus desarrollos han permitido que hoy exista un acuerdo generalizado acerca de relacionarnos con animales puede impactar positivamente en nuestra salud y bienestar, tanto en contextos terapéuticos como en nuestras propias casas. Esto es bastante nuevo y fue posible gracias a los cambios de las últimas cuatro décadas, con actitudes más favorables hacia los animales y los vínculos con estos. Antes, básicamente, no eran un asunto suficientemente serio para la comunidad científica. Si bien desde la Antigüedad diversas tradiciones culturales han destacado el rol de los animales como entidades sanadoras, es posible que el primer antecedente de antrozoología sea el estudio de 1980, realizado por la cardióloga Erika Friedmann y sus colaboradores en Estados Unidos. Ellos recolectaron múltiples datos de 92 pacientes que se encontraban en tratamiento en una unidad coronaria luego de haber padecido un infarto. Al cabo de un año, volvieron a contactar a estos pacientes y encontraron algo muy llamativo: ¡Quienes tenían animales de compañía mostraban mayor porcentaje de supervivencia! Este dato —inesperado para los investigadores— dio lugar a muchos estudios más sobre los beneficios de los animales. La idea de que vivir con un animal de compañía puede tener una influencia positiva en la salud humana, el bienestar psicológico y aportar la longevidad, ha sido llamada efecto mascota y ocupa parte importante de los trabajos en antrozoología . Estos beneficios pueden ser clasificados en distintos niveles:
beneficios emocionales del vínculo humano-perro
- Menores niveles de estrés
- Incremento de sensación de bienestar
- Disminución de síntomas depresivos
- Incremento en capacidad de percibir emociones y empatía
- Menores sentimientos de soledad
beneficios Cognitivos del vínculo humano-perro
- Mejor autoimagen
- Incremento de autoconfianza
- Atenuación del efecto del rechazo social
- Mayor autoestima
beneficios conductiales del vínculo humano-perro
- Incrementan la realización de actividad física
- Disminuyen los estados de inactividad
- Ayudan a organizar rutinas
- Mejoran el autocuidado
beneficios sociales del vínculo humano-perro
- Facilitación interacciones sociales
- Mejora en imagen pública de sus humanos
- Mayores habilidades sociales
- Favorecimiento de intercambios de favores
beneficios biológicos del vínculo humano-perro
- Reducción de presión arterial
- Menores niveles de cortisol y triglicéridos
- Mejor salud global
- Menor cantidad de consultas médicas
- Disminución de cortisol (hormona del estrés)
- Incrementos de oxitocina (hormona del amor y la felicidad)
¡Suena bastante bien! Ahora, estos resultados deben ser interpretados con cautela: los animales de compañía no son la panacea y no tienen poderes sanadores. Hay varios aspectos para tener en cuenta. Posiblemente, el mas importante sea que la posibilidad de tener y ocuparse de una mascota depende, en cierta medida, de los factores demográficos que también influencian los resultados obtenidos respecto de la salud de las personas. Es decir, aunque muchos estudios mostraron que los tenedores de mascotas eran más saludables, pocos han demostrado que el efecto era causado por las mascotas. Lo que suele suceder es que los tenedores de animales son más jóvenes y activos, y esto hace que tengan animales (y no a la inversa). Así, el estudio de Friedmann mostró que las personas que tienen mascotas tienen más probabilidad de sobrevivir después de un infarto, aunque no necesariamente sea a causa de tener una mascota.
Y, por otro lado, debemos considerar la situación de las personas y el tipo de relación que establecen con sus animales. Tener un padre o un amigo no necesariamente influye de manera positiva en la salud de las personas. Lo mismo sucede con los perros, con quienes puede o no establecerse un vínculo sano. Además, las situaciones particulares modulan el efecto. Por ejemplo, algunas circunstancias vitales que hacen surgir necesidades de acompañamiento pueden ser aliviadas más fácilmente por las mascotas, como cuando una enfermedad reduce la movilidad de las personas o cuando estas tienen acceso limitado a fuentes de apoyo social. Por otro lado, en situaciones que involucran problemas financieros o una salud muy debilitada, la presencia de un animal podría convertirse en un agravante. Esto no niega que exista el efecto mascota, el cual hoy resulta indiscutible en la ciencia. Lo que se cuestiona es: (1) cuándo los animales mejoran la salud y cuándo son adoptados por personas más sanas, (2) en qué situaciones y contextos son más beneficiosos, y (3) qué características debe tener el vínculo que establecen humano y animal.
Sin dudas, aquel estudio cardiológico de principios de los ochenta fue revolucionario y atrajo la atención de múltiples investigadores de diversos campos disciplinares. Estos, con mayor o menor escepticismo, comenzaron a estudiar las interacciones entre humanos y animales dando lugar a un campo disciplinar sumamente fértil. La prosperidad de la antrozoología no sólo se dio por lo llamativo de los resultados de los estudios, sino porque ponía en evidencia un área significativa de la vida relacional de las personas que había sido ignorada casi por completo en la ciencia. Cuarenta años después, hoy, la antrozoología no solo ha crecido exponencialmente, sino que sigue siendo un campo con un futuro aún más prometedor.
Referencias [1] Friedmann, E., Katcher, A. H., Lynch, J. J., & Thomas, S. A. (1980). Animal companions and one-year survival of patients after discharge from a coronary care unit.Public health reports, 95(4), 307. [2] Díaz Videla, M., Olarte, M. A., & Camacho, J. M. (2015). Perfiles BASICCOS del humano compañero del perro: Una revisión teórica en antrozoología guiada por el enfoque multimodal.Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 7(3), 79-89.