Durante la primavera y el verano nuestros perros corren mayor riesgo de sufrir lesiones por las “espigas”. En esta nota de Filosofía Animal te contamos qué son y cómo prevenir problemas de salud vinculadas a ellas.
¿donde puede nuestro perro pisar algo y lastimarse?
En los parques, plazas, jardines e incluso en los canteros se encuentran un tipo de planta que se denominan gramíneas. Durante la primavera, estas plantas desarrollan su inflorescencia, la cual se denomina espiga. En un principio estas espigas poseen una coloración verde ya que se encuentran madurando. Sin embargo, hacia el final de la primavera y durante el verano, las mismas se secan y se tornan amarillas, las cuales se vuelven en un enemigo silencioso para nuestras mascotas ya que se pueden desprenden de la planta y adherirse en distintas partes del cuerpo de los perros, causando malestar en los mismos.
Estas espigas se caracterizan por ser amarillas, tienen forma de flecha, son puntiagudas y poseen una textura áspera lo que favorece que se puedan adherir a distintas superficies. Durante los paseos o durante el juego en espacios verdes, nuestros perros quedan expuestos al desprendimiento de estas espigas desde la planta y pueden anclarse en distintas partes del cuerpo.
Los lugares más frecuentes son en la piel normalmente de las patas, en las orejas, en los ojos y quizás el sitio más complicado es cuando durante la actividad de olfateo una de estas espigas se desprende e ingresa dentro de la cavidad nasal del perro.
Cuando se adhieren a la piel pueden clavarse, generar una dermatitis y nuestro perro es probable que se lama la zona continuamente. En este caso, pueden visualizarse fácilmente durante la revisación del animal y la misma debe ser extraída, lo más pronto posible y con cuidado para no generar mayor daño. Si se tarda más en extraerla, la espiga puede clavarse más profundamente, generando una infección, la cual deberá ser tratada por el veterinario.
Otros daños que pueden causar las espigas en nuestros perros
Cuando estas espigas se introducen en el interior del oído, pueden lastimar al mismo y generar una infección, lo cual se denomina otitis. En este caso, vamos a observar que el perro sacude la cabeza constantemente y se rasca la oreja afectada. Debemos tener en cuenta que los perros tienen una sensibilidad muy elevada en sus orejas, con lo cual se lo debe llevar al veterinario para que pueda resolver el problema. Dependiendo de la profundidad donde se encuentre la espiga, puede ser necesario el uso de un otoscopio para visualizar la misma y de una pinza especial para realizar la extracción. También, en algunos perros, será necesario realizar una sedación para que puedan quedarse quietos y realizar la extracción de la espiga sin generar mayores inconvenientes.
Otro sitio donde estas espigas se pueden alojar, es en el ojo. En este caso, puede provocar una úlcera, la cual es extremadamente dolorosa, con lo cual observaremos a nuestro perro nervioso, con intenso lagrimeo, ese ojo más pequeño ya que tiene dificultad para abrirlo y puede rascarse con la pata lo que, en algunos casos, puede provocar una mayor lesión. Lo importante es llevar al perro lo más pronto posible al veterinario para que extraiga la espiga si es necesario (también puede lesionar y luego salirse sola) y recomiende el tratamiento más indicado para ese caso en particular.
Nuestros perros tienen la necesidad de ir olfateando durante los paseos, y entonces también puede suceder que una parte de las espigas se desprenda e ingrese en el interior de la cavidad nasal del perro. En estos casos, vamos a observar estornudos que pueden ser frecuentes o esporádicos e incluso secreción nasal que en principio será acuosa pero luego puede tornarse mucosa e incluso puede sangrar. Es importante llevar a nuestra mascota lo más pronto posible a la consulta veterinaria. Si aún se encuentra en la primera porción de la cavidad nasal, podrá ser extraída con una pinza especial, sin embargo, si la espiga migró más profundamente, entonces de deberá realizar una rinoscopia. La misma se realiza con un equipo especial, que sólo poseen algunas veterinarias especializadas. Se deberá anestesiar al animal para proceder a localizar con el rinoscopio la espiga y, de esta manera, poderla extraer. Es por ello, que representa un problema serio para nuestros perros.
Como actuar si nuestro perro sufre por una espiga
En todos los casos, una vez extraída la espiga, es probable que el veterinario le indique antiinflamatorios y antibióticos para desinflamar la zona y evitar la infección de la herida causada por la espiga.
Por todo esto, es importante estar atentos a la presencia de estas espigas en los lugares de paseos y evitar que nuestros perros jueguen y olfateen esos sectores. Lo ideal es evitar que estén en contacto con las mismas cuando se encuentran secas y amarillas. Sin embargo, debido a la cantidad de gramíneas que en general hay en parques, plazas e incluso canteros, debemos estar atentos y ante la menor sospecha de que una espiga se adhirió en nuestro perro, acudir lo más pronto posible al veterinario ya que cuanto antes se extraiga menos consecuencias generará.