Al castrar a tu perro o gato ayudarás con la crisis de animales abandonados en las calles, la cual resulta en millones de animales eutanasiados anualmente alrededor del mundo; además de proveer a tu mejor amigo con beneficios físicos y comportamentales.
Beneficios médicos de la castración
- Las hembras castradas suelen ser más longevas que las hembras enteras. La castración ayuda a prevenir las infecciones de útero y los tumores de mamas, los cuales suelen ser malignos en el 50% de las perras y en el 90% de las gatas. Realizar este procedimiento en animales jóvenes ofrece una mayor prevención a estos problemas.
- Castrar a los machos previene el cáncer testicular y algunos problemas de próstata.
Beneficios comportamentales
- En el caso de las gatas al evitar el celo, la hembra no entra en la conducta del celo la cual es acompañada de maullidos y frecuentes orines en la casa.
- En los machos, previene que tu perro o gato se escape de casa en busca de una hembra en celo, lo cual a su vez evita muchos accidentes y peleas durante estas búsquedas. Además de prevenir enfermedades de contacto sexual.
- Previene el marcaje con orina.
- Previene algunas conductas agresivas asociadas a las hormonas.
Mitos detrás de la castración
- La castración no causa que tu perro o gato aumente de peso. La falta de ejercicio y la mala alimentación son los causantes de la obesidad. Tu mejor amigo se mantendrá en forma siempre y cuando tenga una rutina adecuada de ejercicio y una alimentación balanceada.
- Castrar a tu perro no arregla todos los problemas de conducta. Si bien, esta cirugía ayuda a reducir algunas conductas indeseables causadas por niveles altos de testosterona, no hay garantía que la conducta cambie solamente con la castración; ya que, aunque los niveles de hormona bajan notablemente no desaparecen del todo. Además, que no ayudará con conductas que tu perro ya ha aprendido o ya tiene un hábito formado. Los cambios conductuales dependen mucho de cada individuo y su historia.
¿Cuándo debo de castrar a mi perro o gato?
Perros: aunque la edad más recomendada para la castración es entre los 5 y los 9 meses de edad, estudios actuales han demostrado que se pueden castrar cachorros desde las 8 semanas de edad sin ningún riesgo de salud. Los perros adultos también son candidatos para la cirugía siempre y cuando su salud lo permita. Gatos: se considera que se pueden castrar de los 2 meses de edad. En refugios de animales, se suelen castrar antes de ser dados en adopción para prevenir la sobrepoblación. Para evitar el marcaje con orina y el merodeo se recomienda castrar antes de los 5 meses de edad. Siempre debes de consultar con tu veterinario cuando es el mejor momento para operar a tu perro o a tu gato, ya que hay varios factores médicos que se deben de tomar en cuenta antes de la cirugía, por lo cual se debe de evaluar cada caso individualmente. Existen varios protocolos previos a la cirugía, los cuales debes de consultar con tu veterinario antes, como exámenes pre-quirúrgicos, ayuno de 10 a 12 horas antes de la cirugía, entre otros. Además, de los cuidados después de la cirugía los cuales suelen incluir antibióticos y analgésicos.
A continuación, les dejo algunos tips para que tu mejor amigo se recupere cómodamente en casa:
- Debes proveer a tu perro o gato con un lugar adecuado para su recuperación y reposo, el cual debe de ser limpio, confortable y alejado de otros animales.
- Intenta que tu perro o gato se mantenga en reposo al menos por las próximas dos semanas después de la cirugía, ya que esto ayudará a disminuir la inflación y posibles complicaciones.
- Evita que se lama la herida para prevenir infecciones, esto lo puedes lograr con juguetes interactivos, masticables o con un collar isabelino.
- Evita bañarlo al menos por 10 días después de la castración.
- Revisa la incisión a diario para confirmar que sane favorablemente.
- Si notas que la incisión se torna rojiza, inflamada, tiene alguna descarga o se abre consulta cuanto antes a tu veterinario de cabecera.
El animal durante la recuperación debería de comer normalmente y estar activo, si notas que se vuelve letárgico, inapetente o que tiene diarrea o vómito, probablemente algo ande mal y debes de consultarlo con tu médico veterinario.